¿Y la unam sigue sin importar?

Mario Lage

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 Agosto 1999

Parece que así es, excepto para algunos académicos, entre ellos los ocho eméritos que han lanzado la, hasta ahora, única propuesta coherente que se ha escuchado en torno al problema que aqueja a nuestra Alma Mater.

Rectoría y el sector más recalcitrante del C.G.H. siguen enzarzados en una maraña de negaciones, de ninguneos (esa manera tan mexicana de demostrar que somos mejores que “esos”) y de posiciones pueriles que traban toda posible negociación, ambos como chiquillos malcriados empeñados en ganarle al otro, importándoles un rábano las consecuencias.

“Ganar no es lo más importante, es lo único”, dijo algún deportista gringo oligofrénico y fascistoide cuyo nombre no quiero molestarme en recordar. Parece que rectoría aprendió en Berkley  máximas tan sabias como ésta, y parece que también aprendió cómo seguir ciegamente los nefandos lineamientos marcados por un órgano con una acendrada trayectoria humanitaria, académica y civilizadora como el Banco Mundial. Por su parte el C.G.H., sus ultras al menos, parecen no despreciar tampoco esta máxima sublime de que lo único importante es ganar, no importa si destrozas el juguete en el jaloneo, total al final puedes enarbolar tu cacho desgarrado y vociferar “Nos chingaron, pero los jodimos” con orgullo revolucionario. Pero eso no es todo, además están las “Damas de la mente en blanco”, como se les dice por ahí; hacen histéricos llamados caceroleros a entregar las instalaciones así, como si nada . “¿Qué nada se ha solucionado? Eso qué importa, hay que entregar las instalaciones, esos muchachitos revoltosos no saben ni lo que quieren, el otro día en el salón de belleza me decía Cuquita, que son como las sirvientas, deveras que sí. ¿Pobrecitos verdad?” Este reduccionismo de considerar el problema solucionado con la entrega sin más de las instalaciones, como si se hubieran tomado en un berrinche intrascendente obedece a la evidente ignorancia o deliberado desconocimiento de las causas originales de un movimiento, que aunque se ha desvirtuado en el proceso, tiene un origen legítimo. El movimiento estudiantil es la lógica resistencia a la arbitrariedad y al uso de recursos fraudulentos como la aprobación clandestina de reglamentos nocivos e inútiles y las clases ilegales extramuros, para imponer un modelo educativo empobrecedor, indigno y favorecedor únicamente de los intereses de transnacionales extranjeras. “Basta,  ni un día más” dicen. Basta de ser superficiales, lamebotas (por muy rectoriales que sean) y amarillistas habría que decir. Muy cerca de estas irresponsables incitadoras a la violencia están una serie de fantasmales mesías virtuales de la violencia, que por medio del internet lanzan sandeces a diestro y siniestro proponiendo barbaridades como la toma de las instalaciones con palos y tubos y que ya han obtenido sus primeros frutos de sangre en una punta de porros descerebrados que lanzando bombas se fingen antihuelgas y demuestran ser solo burdos provocadores, al sinietro grito de “La gente quiere chocar”,  ¿Qué gente? ¿Ellos?, ¿Se consideran acaso “la voz del pueblo” o alguna otra manifestación similar de locura mesiánica, o es simple demagogia? Solo falta que griten “¡Muera la inteligencia. Viva la muerte!”

Burgoa, aunque emérito, no demuestra la estatura moral y humana de los otros ocho, sigue empecinado él también en un berrinche autoritario y fascistoide, no le interesa en absoluto solucionar el problema, sino castigar a los insolentes que se atrevieron a desafiar a la ínclita autoridad. ¿Que en el proceso se agrava el problema, se lesiona a la U.N.A.M. en su dignidad e integridad institucional? No importa, lo importante es que nadie ose opinar distinto que sus ilustísimas, los detentadores de la autoridad. Eso es ser tan tanático como Madrazo, con hartos y bien azules. Afirma que falta voluntad política para resolver el conflicto, refiriéndose evidentemente a la falta de ganas del gobierno del D.F. de masacrar estudiantes estúpidamente, y no a la falta de voluntad de su jefecito Barnés. Lo que en realidad falta es su voluntad de callarse, junto con la Coparmex, Zedillo y la iglesia,  ya bastante enrarecido está el ambiente como para que lo empeoren con sus sandeces.

En una caminata en C.U. el otro día encontré, creo recordar que cerca de la alberca, un grafiti interesante y veraz entre un fárrago de necedades, mentiras y fusiles inexactos de antiguos movimientos; decía “En esta huelga se ha visto de todo, menos buen gusto”. Triste verdad en un conflicto que parece de verduleras tirándose excremento,  más que de universitarios.

La U.N.A.M. es el corazón y el cerebro del país, pero parece que a nadie le importa, de la misma manera que no les importa el país, total, como le dijo un político a Don José María Pérez Gay:  “Este país es maravilloso, mano, tenemos 75 años tratando de acabárnoslo y no hemos podido”. Les importa tan poco la U.N.A.M. que hablan de desaparecerla, antes que perder un pleito ratero.

En la Jornada del 12 de agosto salió una aterradora noticia: en Kansas esta dando inicio la involución, la marcha atrás ha comenzado: “Grupos religiosos se imponen en las aulas: Borran la teoría de la evolución” lee uno con espanto, se ha desechado la enseñanza de la teoría darwiniana de la evolución como base de las ciencias naturales, estamos regresando a la edad media.“Es un paso adelante. Vamos a mejorar, más que a desmerecer la educación científica en Kansas”, dijo Scott Hill, un agricultor y miembro de la junta que ha ayudado en la reducción de las nuevas normas. Posiblemente el término reducción sea una errata de imprenta por redacción, pero parece ominosamente oportuna. Algún desaprensivo puede minimizar el daño y decir “-No es para tanto. Son unos cuantos montañeses jugando a ser los Osos Mañosos-” y eso es precisamente lo terrorífico del asunto, cuando unos Hillbillies toman en sus manos las riendas de la junta de educación en vez de los académicos, aunque sea en Kansas, las cosas están evidentemente muy, pero muy mal. Hace poco Jesús Silva Herzog, aspirante a gobernar la ciudad de México por el partido de Estado, dijo en una conferencia en una universidad privada que la globalización para México consiste evidentemente en la americanización. ¿Es eso lo que queremos para nuestro país? ¿A los Beverly Ricos en la rectoría? ¿O prefieren a Serrano Limón?.

Es verdad que hay que hacerle cambios a la universidad,  todo ha de cambiar, pero no para dar pasos atrás. Hay que evolucionar, no involucionar. Esperemos que el Consejo Universitario si sirva de algo después de los lamentables desatinos de las demás autoridades.
 
 

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